El envejecimiento conlleva numerosos desafíos físicos, sociales y emocionales. Entre ellos, la soledad y el aislamiento social representan riesgos significativos para la salud de los adultos mayores. En este contexto, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta potencialmente útil para ofrecer acompañamiento emocional y mejorar la calidad de vida. Dispositivos con IA conversacional, como ElliQ o Mabu, están siendo utilizados para brindar compañía, monitoreo básico y recordatorios médicos a personas mayores, particularmente aquellas que viven solas o con movilidad limitada.
En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.
Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción.

¿Qué es un compañero de IA?
Un compañero de IA es un dispositivo interactivo basado en algoritmos de procesamiento de lenguaje natural y machine learning, diseñado para establecer comunicación fluida con el usuario, adaptándose a su estado de ánimo, rutinas y necesidades específicas. Estos sistemas pueden recordar eventos importantes, iniciar conversaciones, ofrecer recomendaciones de salud e incluso monitorear signos de deterioro cognitivo o emocional.
A diferencia de los asistentes de voz tradicionales (como Alexa o Siri), los compañeros de IA enfocados en adultos mayores son desarrollados con énfasis en empatía, facilidad de uso y acompañamiento emocional.
Impacto en la salud emocional
Numerosos estudios han identificado la soledad como un factor de riesgo para enfermedades crónicas, deterioro cognitivo y mortalidad prematura. Según la American Psychological Association, el aislamiento social puede aumentar el riesgo de muerte prematura en un 29% (Holt-Lunstad, 2015). En este sentido, tecnologías que fomentan la interacción cotidiana, aunque sea a través de medios artificiales, pueden tener un impacto positivo considerable.
Un estudio publicado por Frontiers in Psychology (2021) encontró que adultos mayores que utilizaron asistentes de IA con capacidades conversacionales durante seis semanas mostraron una mejora en los indicadores de bienestar emocional y una disminución en los niveles de soledad percibida (Sundar et al., 2021).

Casos reales y aplicaciones prácticas
La empresa israelí Intuition Robotics desarrolló ElliQ, una IA que combina hardware amigable con software conversacional. En un programa piloto realizado en Nueva York en colaboración con el Departamento para el Envejecimiento, se reportó que el 95% de los usuarios sintieron que la IA mejoraba su estado de ánimo y les ayudaba a establecer una rutina saludable (NYC Aging, 2023).
Otro ejemplo es Mabu, de Catalia Health, que ha sido utilizada en ensayos clínicos para mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas. Aunque su propósito es más médico que emocional, los pacientes reportaron sentir mayor motivación y conexión emocional al interactuar con la IA.
Limitaciones éticas y sociales
Si bien los beneficios son evidentes, es crucial subrayar que estas tecnologías no deben ser vistas como reemplazos del afecto humano o de redes de cuidado reales. Existen preocupaciones éticas relacionadas con la privacidad de los datos, la dependencia emocional a dispositivos, y la posible deshumanización del cuidado geriátrico.
La American Medical Association Journal of Ethics advierte sobre el riesgo de considerar a los adultos mayores como “clientes de soluciones tecnológicas”, sin resolver las causas estructurales de su aislamiento (AMA, 2023). La tecnología debe ser una herramienta complementaria, no un sustituto de las relaciones humanas genuinas.

La inteligencia artificial aplicada al cuidado emocional de los adultos mayores representa una innovación con gran potencial, siempre y cuando se utilice con criterios éticos, acompañamiento médico y participación familiar. Estos dispositivos pueden ayudar a reducir la soledad, mejorar la adherencia terapéutica y fomentar rutinas saludables, pero nunca deberán reemplazar el contacto humano.
En un mundo donde las familias están cada vez más dispersas y los sistemas de salud enfrentan múltiples desafíos, las IAs conversacionales pueden representar un apoyo valioso para preservar el bienestar emocional de quienes más lo necesitan
Este artículo es informativo y no sustituye una consulta médica. Si tienes dudas sobre el bienestar emocional o físico de un adulto mayor, consulta a un profesional de la salud.
Referencias de consulta
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Holt-Lunstad, J., Smith, T.B., Baker, M., Harris, T., & Stephenson, D. (2015). Loneliness and social isolation as risk factors for mortality: a meta-analytic review. Perspectives on Psychological Science, 10(2), 227–237. https://doi.org/10.1177/1745691614568352
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Sundar, S. S., Kang, H., & Oeldorf-Hirsch, A. (2021). Artificial Companions for Older Adults: Communication, Trust, and the Role of Context. Frontiers in Psychology, 12, 658970. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.658970
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American Medical Association Journal of Ethics. (2023). Ethics of AI in Elderly Care: Balancing Efficiency and Humanity. https://journalofethics.ama-assn.org
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NYC Aging. (2023). Intuition Robotics Pilot Program Results with ElliQ in Senior Population. New York City Department for the Aging.
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MarketWatch. (2024). How AI companions like ElliQ are combating loneliness among the elderly. https://www.marketwatch.com