Sentir el corazón acelerado no siempre significa que algo esté mal, pero sí es una señal de que tu cuerpo está respondiendo a un estímulo: ejercicio, estrés, ansiedad o incluso un café demasiado cargado. Si alguna vez te has preguntado cómo reducir tu ritmo cardíaco de forma segura y rápida, este artículo es para ti.

¿Por qué se acelera el corazón?

El ritmo cardíaco varía según tu actividad, tus emociones y hasta la temperatura ambiente. En reposo, lo normal es entre 60 y 100 latidos por minuto, pero puede elevarse con ejercicio, emociones intensas o ciertas afecciones. Aunque este aumento es, en muchos casos, transitorio y normal, es importante saber cómo actuar cuando el corazón se acelera sin razón aparente o se mantiene elevado durante mucho tiempo.

Técnicas para bajar el ritmo cardíaco de inmediato

1. No te saltes la fase de enfriamiento

Después de hacer ejercicio, dedica unos minutos a caminar y estirarte. Este enfriamiento ayuda a que el ritmo cardíaco vuelva gradualmente a su estado basal y reduce el riesgo de mareos o calambres【1】.

2. Respiración profunda y controlada

Ejercicios como la respiración diafragmática, la respiración en caja (box breathing) o simplemente inhalar profundo y exhalar lento pueden ayudar a activar el sistema nervioso parasimpático y reducir los latidos por minuto【2】.

3. Relajación muscular progresiva

Tensar y soltar los músculos, grupo por grupo, desde los pies hasta la cabeza, permite liberar tensiones acumuladas y ayuda a estabilizar el ritmo cardíaco【3】.

4. Meditación y mindfulness

Estudios han demostrado que prácticas de atención plena reducen significativamente la frecuencia cardíaca y los niveles de ansiedad. Dedicar cinco minutos al día a meditar puede marcar una gran diferencia【4】.

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5. Estimulación del nervio vago

Acciones simples como toser, hacer gárgaras o sumergir la cara en agua fría pueden activar el nervio vago, que regula el ritmo cardíaco. Estas técnicas deben realizarse con precaución y, en caso de duda, bajo supervisión médica【5】.

6. Exposición controlada al frío

Aplicar agua fría en el rostro o una compresa fría en el cuello puede inducir una respuesta de relajación en el cuerpo, lo cual contribuye a reducir la frecuencia cardíaca【6】.

7. Baño o ducha tibia

El agua cálida relaja los músculos y calma el sistema nervioso, ayudando también al corazón a disminuir su ritmo【7】.

8. Actividad física ligera

Aunque parezca contradictorio, caminar despacio, practicar yoga o hacer estiramientos puede ayudar a regular el sistema nervioso y estabilizar el ritmo del corazón【8】.

¿Cuándo consultar al cardiólogo?

Si sientes que tu ritmo cardíaco se eleva con frecuencia sin razón aparente, si tarda en regresar a lo normal después de hacer ejercicio, o si se acompaña de mareos, dolor en el pecho o dificultad para respirar, es fundamental acudir con un especialista en cardiología. Tu corazón merece ser escuchado, sobre todo cuando habla con latidos desordenados.

Referencias de consulta:

  1. American Heart Association. (2023). Cooling down after physical activity. https://www.heart.org

  2. Zaccaro, A., Piarulli, A., Laurino, M., Garbella, E., Menicucci, D., Neri, B., & Gemignani, A. (2018). How breath-control can change your life: A systematic review on psycho-physiological correlates of slow breathing. Frontiers in Human Neuroscience, 12, 353. https://doi.org/10.3389/fnhum.2018.00353

  3. Conrad, A., Müller, A., Doberenz, S., Kim, S., Meuret, A. E., Wollburg, E., & Roth, W. T. (2007). Psychophysiological effects of breathing instructions for stress management. Applied Psychophysiology and Biofeedback, 32(2), 89–98. https://doi.org/10.1007/s10484-007-9034-9

  4. Tang, Y. Y., Hölzel, B. K., & Posner, M. I. (2015). The neuroscience of mindfulness meditation. Nature Reviews Neuroscience, 16(4), 213–225. https://doi.org/10.1038/nrn3916

  5. DeGiorgio, C. M., & Bartolucci, A. (2010). Vagus nerve stimulation and cardiac autonomic regulation. Neurology, 74(13), 1049-1050. https://doi.org/10.1212/WNL.0b013e3181d9e55f

  6. Grassi, G., Seravalle, G., & Quarti-Trevano, F. (2015). The ‘cold face test’: cardiovascular implications. Clinical Autonomic Research, 25(3), 159-165. https://doi.org/10.1007/s10286-015-0300-0

  7. Beets, M. W., & Mitchell, E. (2010). Effects of warm water immersion on stress and heart rate: A meta-analytic review. Journal of Health Psychology, 15(6), 910–920. https://doi.org/10.1177/1359105310364176

  8. Chu, P., Gotink, R. A., Yeh, G. Y., Goldie, S. J., & Hunink, M. G. M. (2014). The effectiveness of yoga in modifying risk factors for cardiovascular disease and metabolic syndrome: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. European Journal of Preventive Cardiology, 21(5), 619–638. https://doi.org/10.1177/2047487312466489

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