¿Ansiedad o estrés? Aprende a diferenciarlos antes de que te controlen

Palpitaciones, dificultad para dormir, pensamientos acelerados y sensación de estar abrumado. ¿Te ha pasado? Muchas personas viven con estos síntomas sin saber si están lidiando con estrés cotidiano o si en realidad se trata de un trastorno de ansiedad.

Aunque ambos estados comparten sensaciones físicas y emocionales, entender la diferencia entre estrés y ansiedad es fundamental para poder tomar decisiones informadas sobre tu salud mental. A continuación, te explicamos cómo distinguirlos y cuándo es momento de pedir ayuda profesional.

En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.

Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción para cuidar de nosotros y de nuestros seres queridos.

¿Qué es el estrés?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante una situación de presión o amenaza. Es una reacción de corto plazo que activa mecanismos fisiológicos para adaptarse a un reto inmediato: presentar un examen, enfrentar un problema económico o prepararse para una cirugía.

Síntomas comunes del estrés:

• Irritabilidad o cambios de humor

• Tensión muscular

• Problemas de concentración

• Insomnio temporal

• Cansancio físico

Según la American Psychological Association, el estrés puede ser positivo si es puntual y manejado adecuadamente, pero se vuelve nocivo si se vuelve crónico【1】.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad también es una respuesta al peligro, pero en este caso no desaparece cuando la amenaza se va. Es persistente, intensa y muchas veces aparece sin causa aparente. Puede convertirse en un trastorno clínico que interfiere con la vida cotidiana y el bienestar emocional.

Síntomas de la ansiedad:

• Palpitaciones o taquicardia

• Respiración agitada

• Sensación de ahogo o mareo

• Pensamientos catastróficos repetitivos

• Miedo constante, incluso sin razón clara

Los trastornos de ansiedad afectan a más de 15 millones de personas en América Latina, siendo el problema de salud mental más común, de acuerdo con la OMS【2】.

Diferencias clave entre ansiedad y estrés

• Duración:
  El estrés suele ser temporal y está vinculado a un evento específico. La ansiedad, en cambio, es persistente y puede mantenerse incluso cuando ya no hay una causa clara.

• Origen:
  El estrés tiene un origen identificable (por ejemplo, un problema laboral o un examen). La ansiedad puede surgir sin una causa precisa o evidente.

• Síntomas físicos:
  El estrés se manifiesta como tensión muscular, insomnio o fatiga. La ansiedad incluye síntomas más intensos como palpitaciones, mareo, sensación de ahogo o amenaza inminente.

• Respuesta del cuerpo:
  El estrés generalmente mejora cuando el problema se resuelve. La ansiedad puede continuar aun cuando la situación que la originó ya se superó.

• Tratamiento recomendado:
  El estrés puede manejarse con descanso, técnicas de relajación, ejercicio y cambios en la rutina. La ansiedad, especialmente si es clínica, puede requerir terapia psicológica y en algunos casos, tratamiento médico.

¿Cuándo buscar ayuda?

Si sientes que tu estado emocional te impide disfrutar la vida, trabajar, dormir o relacionarte, es momento de acudir a un especialista. También es importante pedir ayuda si presentas ataques de pánico, miedo constante, síntomas físicos sin causa médica o aislamiento social.

La Guía Clínica para Trastornos de Ansiedad del Instituto Nacional de Psiquiatría en México recomienda tratamiento cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicación ansiolítica【3】.