El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es una condición hormonal que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres en edad reproductiva. Aunque su nombre sugiere que se trata solo de quistes en los ovarios, en realidad es un trastorno metabólico y endocrino complejo que puede tener efectos importantes en la menstruación, la piel, el peso y la fertilidad.
Muchas veces pasa desapercibido durante años porque sus síntomas varían de una mujer a otra. Pero cuanto antes se diagnostique, más fácil es controlarlo y prevenir sus complicaciones a largo plazo, como diabetes tipo 2, infertilidad o enfermedades cardiovasculares.
En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.
Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción.

¿Qué síntomas debo vigilar?
El SOP se manifiesta a través de varios signos, aunque no todas las mujeres presentan los mismos. Algunos de los más frecuentes son:
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Ciclos menstruales irregulares: periodos que llegan cada varios meses, o incluso ausentes (amenorrea).
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Hirsutismo: exceso de vello en zonas como cara, pecho, abdomen o espalda, por altos niveles de andrógenos (hormonas masculinas).
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Acné severo o persistente, especialmente en mentón y mandíbula.
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Subida de peso, particularmente en la zona abdominal.
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Dificultad para ovular, lo cual puede dificultar un embarazo.
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Caída de cabello tipo “patrón masculino”.
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Oscurecimiento de la piel en pliegues (acantosis nigricans), como cuello o axilas.
Es importante saber que no necesitas tener ovarios con quistes para recibir el diagnóstico. El término “poliquístico” se refiere a la apariencia de los ovarios en un ultrasonido, pero no es obligatorio para identificar la condición.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se realiza a través de una combinación de historia clínica, análisis hormonales y ultrasonido pélvico. La guía internacional más usada es la del consenso de Rotterdam, que indica que deben cumplirse al menos dos de estos tres criterios:
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Trastornos ovulatorios (como ciclos irregulares o ausencia de ovulación).
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Signos clínicos o bioquímicos de hiperandrogenismo (vello, acné, niveles altos de testosterona).
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Ovarios de aspecto poliquístico en ultrasonido (12 o más folículos por ovario o volumen ovárico aumentado).
Tu ginecóloga puede hacer un diagnóstico certero considerando también otros posibles diagnósticos diferenciales, como problemas tiroideos, hiperplasia suprarrenal o tumores ováricos.

¿El SOP afecta mi fertilidad?
Sí, pero no significa que no puedas embarazarte. El SOP puede causar anovulación crónica, es decir, que no ovules cada mes. Esto dificulta la concepción, pero no imposibilita un embarazo.
Muchas mujeres con SOP logran embarazarse con tratamientos que pueden incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos como metformina o citrato de clomifeno, o técnicas de reproducción asistida. Por eso, el diagnóstico temprano es clave para planear tu fertilidad a futuro.
¿Se puede tratar?
¡Sí! El tratamiento del SOP depende de tus objetivos (controlar síntomas, regular el ciclo, mejorar fertilidad, etc.), pero suele incluir:
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Cambios en el estilo de vida: una alimentación balanceada, actividad física regular y pérdida de peso (incluso el 5–10%) pueden mejorar radicalmente los síntomas.
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Anticonceptivos hormonales: ayudan a regular los ciclos, reducir el acné y el vello excesivo.
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Antihiperglucemiantes, como la metformina, que ayudan a controlar la resistencia a la insulina.
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Tratamientos dermatológicos para acné o hirsutismo.
Es importante tener seguimiento médico constante, ya que el SOP es una condición crónica que se puede manejar bien, pero no “curar” por completo.
El Síndrome de Ovario Poliquístico es más común de lo que imaginas y, aunque puede parecer complicado, es manejable con el tratamiento adecuado. Si presentas alguno de los síntomas, no lo dejes pasar. Consulta a tu ginecóloga, hazte estudios y toma el control de tu salud hormonal. Cuanto antes lo sepas, mejor podrás cuidarte.
Fuentes de Referencia:
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Rotterdam ESHRE/ASRM-Sponsored PCOS Consensus Workshop Group. (2004). Revised 2003 consensus on diagnostic criteria. Human Reproduction, 19(1), 41–47. https://doi.org/10.1093/humrep/deh098
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Teede, H. J., Misso, M. L., Costello, M. F., Dokras, A., Laven, J., Moran, L., … & Norman, R. J. (2018). Recommendations from the international evidence-based guideline for the assessment and management of polycystic ovary syndrome. Human Reproduction, 33(9), 1602–1618. https://doi.org/10.1093/humrep/dey256
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Azziz, R., Carmina, E., Dewailly, D., et al. (2016). Polycystic ovary syndrome. Nature Reviews Endocrinology, 12(3), 173–183. https://doi.org/10.1038/nrendo.2015.141