Hablar de salud íntima sigue siendo tabú para muchas mujeres, pero no debería serlo. Las infecciones vaginales son muy comunes y no tienen nada de vergonzoso. De hecho, más del 75% de las mujeres tendrán al menos una infección vaginal en su vida. Algunas son leves y pasajeras, pero otras pueden complicarse si no se tratan a tiempo.
Entonces, ¿cómo saber si lo que sientes es una molestia normal o una señal de alerta? Aquí te explicamos los síntomas más comunes, los tipos de infecciones más frecuentes y lo más importante: cuándo acudir al médico y por qué no deberías automedicarte nunca.
En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.
Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción.

¿Qué síntomas me deben alertar?
Los síntomas de una infección vaginal pueden variar, pero hay cuatro grandes señales que no debes ignorar:
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Flujo anormal: Si es muy espeso, blanco y grumoso (como requesón), puede ser candidiasis. Si es amarillo, verdoso, gris o con mal olor (como a pescado), puede tratarse de vaginosis bacteriana o tricomoniasis.
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Picazón o ardor: Sobre todo si es persistente o empeora por las noches.
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Dolor al orinar o durante las relaciones sexuales: Signos comunes en infecciones vaginales o incluso infecciones de transmisión sexual.
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Enrojecimiento, hinchazón o sensación de calor en la zona íntima.
Dato importante: Algunas infecciones pueden no presentar síntomas evidentes, pero siguen afectando tu salud íntima. Por eso es clave hacerse revisiones periódicas con tu ginecóloga.
¿Cuáles son los tipos más comunes de infección vaginal?
1. Candidiasis vaginal
Causada por el hongo Candida albicans. Es muy común después de tomar antibióticos, por cambios hormonales o por usar ropa muy ajustada.
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Síntomas: flujo blanco y espeso, picazón intensa, enrojecimiento.
2. Vaginosis bacteriana
Provocada por un desequilibrio en la flora vaginal. No es una infección de transmisión sexual, pero puede estar relacionada con actividad sexual.
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Síntomas: flujo grisáceo con mal olor, especialmente después del sexo.
3. Tricomoniasis
Es una infección de transmisión sexual causada por un parásito llamado Trichomonas vaginalis.
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Síntomas: flujo espumoso amarillo-verde, olor fuerte, ardor al orinar.

¿Debo automedicarme?
No. Nunca. Jamás. Aunque los síntomas pueden parecer similares, cada tipo de infección necesita un tratamiento específico.
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La candidiasis se trata con antimicóticos.
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La vaginosis bacteriana requiere antibióticos.
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La tricomoniasis se trata con medicamentos antiparasitarios.
Automedicarte no solo puede empeorar el problema, sino enmascarar síntomas de enfermedades más serias. Además, el uso excesivo de óvulos o cremas sin receta puede alterar tu flora vaginal sana.
Lo mejor que puedes hacer es acudir con tu ginecóloga, quien te hará una revisión y, si es necesario, un estudio (como un exudado vaginal) para darte un diagnóstico certero.
Tener una infección vaginal no es motivo de vergüenza, pero sí de atención. Conocer tu cuerpo, identificar cambios y acudir a tiempo con tu especialista es la mejor manera de cuidar tu salud íntima.
No normalices el malestar. No te automediques. Y no te quedes con la duda.
Hablar de estos temas con un especialista siempre es buena idea. Consultar a una médica o médico de confianza es la mejor forma de cuidar de ti y de quienes más quieres.
Fuentes de Referencia:
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Sobel, J. D. (2007). Vulvovaginal candidosis. The Lancet, 369(9577), 1961–1971. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(07)60917-9
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Koumans, E. H., et al. (2007). The prevalence of bacterial vaginosis in the United States. Obstetrics & Gynecology, 109(1), 114–120. https://doi.org/10.1097/01.AOG.0000251075.53122.5c
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Workowski, K. A., & Bolan, G. A. (2015). Sexually transmitted diseases treatment guidelines. MMWR Recommendations and Reports, 64(RR-3), 1–137. https://www.cdc.gov/std/tg2015