El reflujo gastroesofágico (ERGE) es más común de lo que creemos. Ocurre cuando el ácido del estómago sube repetidamente al esófago, provocando irritación. Aunque muchas personas experimentan reflujo ocasionalmente, cuando se vuelve crónico puede derivar en complicaciones serias como esofagitis, estenosis esofágica, esófago de Barrett o incluso cáncer de esófago (Vakil et al., 2006).

En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.

Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción.

¿Cuándo debo acudir al médico?

Si presentas alguno de estos síntomas de forma recurrente, es importante consultar con un especialista:

  • Sensación de ardor en el pecho o acidez estomacal, especialmente después de comer o al acostarte.

  • Regurgitación de alimentos o líquidos ácidos.

  • Dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen.

  • Dificultad para tragar.

  • Sensación de nudo en la garganta.

El diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones graves.

Factores de riesgo

Algunas condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar ERGE son:

  • Obesidad

  • Hernia hiatal

  • Embarazo

  • Consumo de chocolate, menta, cafeína o alcohol

  • Tabaquismo

  • Algunos trastornos digestivos como gastroparesia

(El-Serag et al., 2014)

¿Cómo se diagnostica?

La endoscopia es uno de los estudios más útiles para diagnosticar reflujo gastroesofágico. Durante este procedimiento, el médico introduce un endoscopio (una cámara delgada con luz) a través de la boca para examinar el esófago, estómago y duodeno. Esto permite:

  • Observar directamente la mucosa esofágica en busca de inflamación, úlceras o lesiones.

  • Detectar complicaciones como esófago de Barrett.

  • Tomar biopsias de áreas sospechosas para analizarlas en laboratorio y confirmar diagnósticos.

Según la American Gastroenterological Association, la endoscopia es recomendada en pacientes con síntomas persistentes, signos de alarma o mala respuesta al tratamiento inicial (Spechler et al., 2011).

Tratamiento del reflujo gastroesofágico

Generalmente incluye cambios en el estilo de vida y medicación, como:

  • Mantener un peso saludable

  • Evitar acostarse al menos 3 horas después de comer

  • Comer lento y masticar bien

  • Dejar de fumar y reducir alcohol

  • Evitar alimentos irritantes (chocolate, cafeína, menta, comidas grasas)

  • Usar medicamentos que reduzcan o neutralicen el ácido, como inhibidores de bomba de protones o antiácidos bajo indicación médica

(Savarino et al., 2017)

La endoscopia permite a tu médico diagnosticar con precisión el reflujo gastroesofágico y descartar complicaciones. Si presentas síntomas persistentes, no dudes en acudir a consulta. Un diagnóstico oportuno puede evitar daños mayores y mejorar tu calidad de vida.

Este artículo es informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si presentas síntomas, consulta a tu médico.

Referencias de consulta:

  • El-Serag, H. B., et al. (2014). Update on the epidemiology of gastro-oesophageal reflux disease: a systematic review. Gut, 63(6), 871-880. https://doi.org/10.1136/gutjnl-2012-304269

  • Savarino, E., et al. (2017). World Gastroenterology Organisation global guidelines: GERD global perspective on gastroesophageal reflux disease. Journal of Clinical Gastroenterology, 51(6), 467-478. https://doi.org/10.1097/MCG.0000000000000819

  • Spechler, S. J., et al. (2011). American Gastroenterological Association medical position statement on the management of gastroesophageal reflux disease. Gastroenterology, 140(3), 1385-1391. https://doi.org/10.1053/j.gastro.2011.01.054

  • Vakil, N., et al. (2006). The Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux disease: a global evidence-based consensus. The American Journal of Gastroenterology, 101(8), 1900-1920. https://doi.org/10.1111/j.1572-0241.2006.00630.x