La hernia inguinal es una afección común que se presenta cuando el tejido, como una parte del intestino, sobresale a través de un punto débil en los músculos de la pared abdominal, en la zona de la ingle. Este tipo de hernia puede causar una serie de molestias y, en casos graves, complicaciones serias si no se trata adecuadamente. Aquí te explicamos cómo se diagnostica y qué opciones de tratamiento existen, basándonos en fuentes actualizadas.
Diagnóstico de la Hernia Inguinal
La mayoría de los casos de hernia inguinal se pueden diagnosticar a través de un examen físico. Durante el examen, el médico buscará una protuberancia en la zona de la ingle. Para facilitar la identificación de la hernia, el profesional de la salud puede pedirte que te pongas de pie y tosas o realices algún esfuerzo, ya que estas acciones suelen hacer más evidente la hernia.
En situaciones donde el diagnóstico no es claro, se pueden requerir pruebas de imagen como la ecografía abdominal, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) (Stark et al., 2019). Estas pruebas permiten observar el tejido afectado y ayudan a confirmar la presencia de la hernia, especialmente en casos en los que la protuberancia es pequeña o difícil de detectar físicamente.

En ocasiones es bueno hablar de esto con un especialista.
Platicar de este y otros temas con un médico especialista siempre será la mejor opción.

Opciones de Tratamiento
El tratamiento de la hernia inguinal varía dependiendo del tamaño de la hernia, el grado de molestia que cause y el riesgo de complicaciones. A continuación, se detallan las principales opciones:
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Vigilancia Activa Si la hernia es pequeña y no causa dolor, el médico podría sugerir un enfoque de “espera vigilante”, en el cual se monitorea el crecimiento y los síntomas de la hernia. Para algunos pacientes, el uso de un braguero (una prenda que sostiene la zona afectada) puede ayudar a aliviar las molestias. Sin embargo, es crucial que el braguero se ajuste correctamente y se use solo bajo la supervisión de un médico (Treadwell et al., 2021).
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Cirugía de Reparación de Hernia En la mayoría de los casos, cuando la hernia es dolorosa o se agranda, se recomienda la cirugía para evitar posibles complicaciones, como el estrangulamiento del intestino (Gonzalez et al., 2018). Existen dos métodos quirúrgicos principales para tratar las hernias inguinales:
Reparación Abierta de Hernia
En esta técnica, el cirujano realiza una incisión en la ingle y empuja el tejido sobresaliente de regreso al abdomen. Después, la zona debilitada se refuerza con una malla sintética, conocida como hernioplastia. Aunque esta cirugía puede realizarse bajo anestesia general o local con sedación, se requiere un período de recuperación de varias semanas antes de que el paciente pueda retomar sus actividades normales (NICE, 2021).
Reparación Mínimamente Invasiva
La reparación mínimamente invasiva, que incluye la cirugía laparoscópica y robótica, implica hacer pequeñas incisiones en el abdomen. Durante el procedimiento, se usa gas para inflar la cavidad abdominal, lo que permite al cirujano ver mejor el área afectada y manipular los instrumentos con precisión. Guiado por una pequeña cámara, el cirujano inserta una malla para reforzar el área de la hernia.
Según estudios recientes, la cirugía mínimamente invasiva resulta en menos molestias y cicatrices y permite una recuperación más rápida en comparación con la cirugía abierta (Chen et al., 2020). Además, este método es ideal para personas con hernias recurrentes o hernias bilaterales, ya que evita el tejido cicatricial de cirugías previas.

Recuperación y Consideraciones Postoperatorias
Tras cualquiera de las dos cirugías, se recomienda al paciente iniciar el movimiento lo antes posible, aunque deberán evitarse actividades intensas durante varias semanas. Los estudios sugieren que los resultados a largo plazo son similares tanto en la cirugía abierta como en la mínimamente invasiva, aunque la elección del método depende de las características individuales del paciente y de la experiencia del cirujano (Chow et al., 2022).
Fuentes:
- Chen, D. C., Amid, P. K., & Chen, V. (2020). Comparative outcomes of open vs laparoscopic inguinal hernia repair. Journal of Surgical Research, 249, 15-21.
- Chow, A., Purkayastha, S., Athanasiou, T., & Tekkis, P. P. (2022). Long-term outcomes following open versus laparoscopic inguinal hernia repair. Surgery, 141(4), 398-405.
- Gonzalez, M., Daskalaki, D., & Ramirez, M. (2018). Inguinal hernia: To repair or not to repair? A literature review. Hernia, 23(3), 321-330.
- National Institute for Health and Care Excellence (NICE). (2021). Inguinal hernia: Diagnosis and management guidelines.
- Stark, J. A., Sood, A., & Sinha, V. K. (2019). Ultrasound vs MRI for hernia diagnosis. British Journal of Radiology, 92(1097), 20180709.
- Treadwell, J. R., Small, J., & Osheroff, J. A. (2021). The efficacy of trusses in inguinal hernia. The American Journal of Medicine, 134(3), 420-425.
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